Un barrio pobre de la capital haitiana experimenta un nuevo sistema que permite convertir los excrementos humanos en gas metano susceptible de utilizarse como fuente de energía.
La iniciativa se basa en la instalación de aseos públicos en los que los vecinos del barrio tienen acceso a retretes y agua corriente -algo poco habitual en el país- por un centavo de dólar.
De esta manera se evitan las enfermedades infecciosas derivadas de la falta de higiene y alcantarillado y los excrementos se almacenan en una fosa séptica donde las bacterias los transforman en gas metano.
Reemplazar el origen de la energía que consumen los haitianos, en su mayoría proveniente de carbón de leña, ayudaría además a reducir la deforestación de las zonas boscosas.
El proyecto puede recibir hasta mil usuarios de los aseos por día y los encargados de llevarlo a cabo son los miembros de una ONG brasileña.
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domingo, 13 de diciembre de 2009
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