El poder de la palabra es inmenso, pero no sólo en sentido figurado. Solamente con ese arma, una pareja sexagenaria logró desarmar al atracador que trató de robarles cuando entraban en el portal de su vivienda. En ese momento, un hombre de mediana edad se abalanzó sobre ellos con una navaja en la mano amenazante para pedirles el dinero que llevasen encima.
En lugar de heroicidades, la mujer intentó razonar con su agresor. "Simplemente le habló de forma muy tranquila y le convenció hasta que le pudieron quitar el cuchillo de las manos", relató un testigo de los hechos.
Hasta que llegaron los agentes, los ancianos víctimas del robo trataron de tranquilizar más a su agresor y le invitaron a tomar un café.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
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